domingo, 13 de marzo de 2011

Capítulo 6

Suena el despertador. Mel se levanta para ir a clase.  Desayuna y se monta en el coche. No habla, sigue pensando en lo que le ha pasado. Finalmente, llegan al instituto. El viaje se ha hecho eterno. En ese mismo instante se baja del coche, y comienza a caminar lentamente hacia la puerta principal. Se encuentra con Ana, pero apenas intercambian palabra alguna. Entran en clase, a primera hora plástica, a segunda matemáticas… La mañana discurre rápida y Mel sigue sin articular palabra alguna. Esto es algo que a Ana le inquieta.
Suena el timbre. Hora de volver a casa, almorzar, acabar los deberes, darse una ducha, cenar y, finalmente acostarse y antes de cerrar los ojos pensar en esa persona tan especial y en lo que has hecho en el día. Y, finalmente, dormirte dejando ese mismo día en tus recuerdos, pensando que nunca más los vas a poder recuperar.
Mel se dirige al coche, donde ya la están esperando su madre y su hermana. Saluda a su madre con un beso en la mejilla. Intenta disimular lo que siente por dentro, pero no lo consigue. Melancólica, mira a su hermana, que silenciosa, le lanza una mirada de ánimo.
Al fin llegan a casa. Mel sube rápidamente las escaleras, deja sus cosas en la habitación y baja a comer. Terminan. Sube a su habitación, coge la cartera y, cuando abre la agenda para saber cuáles son los deberes del día, una repentina punzada en el estómago hace que crezca su asombro: En una de las páginas, estaba la nota que le entregó Marco, y junto a esta, una frase que ponía: Marco & Mel Forever
Se queda mirando la frase durante un rato. Tras esto, cierra la agenda de un golpe y, llena de odio y rabia, la tira contra la pared y la aporrea.
Llaman a la puerta. Tras esto, se abre. Es Vicky que, con el ruido del golpe ha subido para ver lo que ocurría.
-Toc Toc… ¿Se puede?
-No en cierta parte, pero entra…
Vicky entra en la habitación y mira a su hermana. La nota muy distinta. Acostumbrada a verla tan feliz, con ese carácter, llena de vida… Y ahora verla así, con esos ojos tristes y ese corazón partido por culpa de un atractivo extranjero imbécil que, por si fuera poco decidió plantarla haciéndole desaparecer todas sus ilusiones. Lanza un suspiro. No puede ver a su hermana así. Por primera vez en su vida, desea con todas sus fuerzas pelearse con su ella, que le haga rabiar, que le regañe… No puede más, tiene que hacer algo con ese idiota. Pase lo que pase, tiene que hacerle pagar. Lo que no sabe, es que pronto su hermana lo hará y que, eso llevará a malas consecuencias...
Se acerca a ella, la abraza con fuerza. Sabe cómo está y sabe que necesita su apoyo. Ese abrazo vale más que cualquier terapia o antidepresivo. Ese abrazo le demuestra el cariño que su hermana le tiene. Algo que muchos no pueden llegar a disfrutar: El cariño y apoyo de tus seres más queridos.
-Mel… No quiero verte así, Marco es así, los hombres son así, la vida es así y te vas a encontrar como esos a montones. Pero tienes que ser fuerte, Mel. Además, ¿creías que si llegabais a salir duraría para siempre? No. El es un alumno de intercambio, en un tiempo se iría y tú, aún enamorada de él y añorando sus besos sufrirías más que ahora. Entonces, habrá un día que te gastarás todos tu ahorros, que has ido ahorrando durante tanto tiempo para ir a verle, y cuando lo encuentres, lo veras con otra, cogidos de la mano y abrazados y tú, destrozada y sola te volverías a casa y te diría: ¨Te advertí¨, pero no me harás caso y lo seguirás queriendo, aún más desde el primer día hasta que, una mañana, al despertar te darás cuenta de que le odias por lo que te ha hecho, y que si estás enamorada de la persona equivocada la vida solo te dará palos. –Vicky abraza a su hermana que desconsolada no para de llorar por sus palabras. Está segura de que le habría ocurrido eso. Sigue llorando hasta que llega un momento en el que para. Tal vez porque no le queden más lágrimas o porque haya decidido afrontar la solución. En este caso, es la segunda opción. Mira a su hermana, y le dedica una sonrisa. Tras esto, se dirige al baño, y con un poco de agua y una toalla se enjuaga las lágrimas. Se suena la nariz y se dirige a su habitación.
-¿Qué vas a hacer Mel? –Le pregunta Vicky aturdida por el repentino cambio de humor de su hermana.
-¿Que qué voy a hacer? Pues salir a la calle para que el mundo vea que soy feliz, que no sufro por cretinos como Marco y que nada ni nadie me impedirá vivir la vida tal y como me gusta vivirla.
Vicky, sorprendida le dedica un halagador aplauso a su hermana y, tras esto la abraza de alegría. Mel, decidida, abre el armario y coge uno de sus conjuntos favoritos. Se viste y se arregla. Va hacia el baño y se maquilla. Hoy va a hacer que ese día gris, que ha hecho que esté amargada durante toda la mañana se convierta en uno de los más memorables.
Se prepara y sale por la puerta, ansiosa de comerse el mundo y de que todos, incluido Marco, la vean, que vean que es una chica nueva, que pasa de todo lo que le digan o piensen de ella.
Baja las escaleras, feliz y absorta en sus pensamientos, sin saber lo que se le viene encima: Una verdadera historia de amor con, quién sabe, alguien muy especial que pronto se encontrará.







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